La representación de los vicios humanos.

La segunda fragancia nos traslada a "El jardín de las delicias" de Hieronymus Bosh, expuesta en el museo del Prado de Madrid. Este tríptico es considerado una obra maestra del surrealismo por su complejo simbolismo: la humanidad está representada, según la doctrina cristiana de la Edad Media, con todos sus vicios y sus perversiones en una representación satírica de los pecados de los hombres.

En los paneles exteriores, visibles sólo cuando el Tríptico está cerrado, en la parte superior aparece Dios en el acto de la creación: el mundo se representa como una esfera transparente. Una vez abierto revela su gran belleza.

La fragancia de Paradiso Perduto se inspiró en el panel central, donde se representan los placeres y el amor: animales exóticos que simbolizan la lujuria, una multitud de figuras desnudas algunas de ellas en abandono erótico, otras en estado de crisálida son alimentadas por pájaros que llevan cerezas y fresas en sus picos, considerados frutos con propiedades afrodisíacas. En el tercer panel, la escena se convierte en un concierto demoníaco: los instrumentos musicales se convierten en medios para infligir sufrimiento y dolor. Una representación olfativa de los contrastes presentes en el tríptico.

"Imaginé un aroma de ensueño y extraño que transmitiera excentricidad, lujuria y libertad. Quería darle poder a las notas afrutadas como símbolo de exotismo y tentación afrodisíaca. Quería capturar el simbolismo de esta obra de arte. Una ilusión olfativa de lo surrealista. ."

Perfumista: Christian Provenzano

Notas de salida: Palosanto, davana, azafrán, ciruela y leche de almendras.

Notas de corazón: Tuberosa, jazmín sambac, osmanto, rosa, narciso y siempreviva.

Notas de base: Benjuí, mirra, styrax, fusión de lirio, fusión de cachemira, gamuza, vetiver, ámbar y almizcle

Hecho en: Italia