Juguemos a ser...

Los niños experimentan la vida con muñecas y títeres. Muñecas atendidas, mimadas y amadas, una proyección de la vida cotidiana situada en un mundo de fantasía creado por una imaginación infantil. Pero en esta relación con la muñeca también está la picardía de una niña que explora el mundo de los adultos, que se comunica con algo inanimado, actúa como un adulto y construye su personalidad expresando libremente sus pensamientos inconscientes, visiones ocultas, también exorcizando sus propios monstruos internos.

Una fuerte conexión que crece con el tiempo: una y otra vez, la primera muñeca es sustituida por otra con rasgos de mujer adulta que se convierte en un modelo a imitar. Así que el muñeco puede convertirse para el adulto, hombre y mujer también, en un objeto para volcar su amor, algo que llena su vacío emocional... o paradójicamente para volver a la infancia, ¡aunque ya sean adultos!

“El choque entre lo real y lo irreal crea un mundo totalmente surrealista. Simplemente había que transcribir la inspiración en una fórmula definitiva. Así nació la habitación de las muñecas, un perfume floral, falsamente inocente, suavemente sensual, que estalla como un grito susurrado. ”

Notas de salida: Mandarina, bergamota y notas lácteas.

Notas de corazón: Espino blanco, flor de naranjo, notas atalcadas y ylang ylang.

Notas de base: Sándalo, vainilla, haba tonka y notas almizcladas.

Antonio Alessandria