Una noche en que sopla el viento del desierto.

Shamal se dedica a la perseverancia.

La inspiración provino del personaje del pescador de perlas.

Hay un momento en el desierto que deja totalmente en deuda al observador: cuando la noche se convierte en día y el cielo adquiere tonalidades del negro al azul. Asombroso.

El pescador de perlas está acostado boca arriba y disfruta de su vista del cielo estrellado. Es su guardia como vigía, los piratas podrían atacar en cualquier momento, asaltando este esbelto barco cargado de peras y telas, deshaciendo todo el arduo trabajo de transportar las mercancías de Omán a Yemen.

El pescador es arrullado por el chapoteo de las olas. Un sonido que lo lleva

volver a su infancia, acariciado por el viento alisio, el Shamal, el viento que, durante muchos años, ha modelado sin descanso las dunas de los desiertos. Mientras el Shamal sopla, entre notas aromáticas, suave pero incesante, trayendo consigo la fragancia de los dátiles mezclados con el incienso ardiente, el pescador de perlas yace allí dichoso, saboreando una manzana mientras resiste a esa tentadora, el sueño.

Vuelve a soñar despierto, aliviando su cuerpo del cansancio del día y reviviendo su espíritu.

Notas de salida: Incienso, notas aromáticas y manzana.

Notas de corazón: Ámbar y acorde aterciopelado.

Notas de base: Notas amaderadas y almizcle.

Christian Carbonnel