Acerca de
Maison Rebatchi
LA HISTORIA
Esta es la historia de una casa de perfumería que podría haber comenzado, como tantas otras, con “había una vez un perfumista, o el hijo de un perfumista…”. Sin embargo, no fue así en absoluto.
Maison Rebatchi es el fruto de un sueño de toda la vida: el de Mohamed Rebatchi, un joven franco-argelino que creció en un barrio obrero al norte de París.
Mohamed Rebatchi constantemente lleva sus creaciones un paso más allá, gracias a sus ideas y a la incesante investigación de materias primas e ingredientes.
EL FUNDADOR
Nacido en Créteil en 1991, Mohamed Rebatchi no estaba predestinado a trabajar en perfumería. Gracias a su educación impregnada de tradición, adquirió el sentido del refinamiento y el gusto por la sencillez y la excelencia.
A la edad de 12 años, comenzó a visitar en secreto las perfumerías locales después de la escuela. Estaba tan fascinado con el mundo de la perfumería que comenzó a soñar con crear su propia casa de perfumes. Después de trabajar en varios trabajos ocasionales, finalmente surgió la oportunidad. Aprendió sobre la fabricación de perfumes de perfumistas y evaluadores en pequeñas casas de formulación de fragancias, donde creó algunos acordes.
La aventura dio un giro brusco el día que decidió contactar a Karine Chevallier. Este encuentro dio lugar a otros dos, primero Randa Hammami, quien le recomendó conocer a Maurice Roucel, y luego a Bertrand Duchaufour. Con cada nueva colaboración seguía sorprendiendo a los que le rodeaban, sobre todo por su conocimiento del mercado.
Así nació Maison Rebatchi.
FILOSOFÍA REBATCHI
Maison Rebatchi se rodeó de los mejores perfumistas y mejores artesanos de la disciplina. Desde la elección de materias primas de alta calidad para componer sus brebajes hasta el hermoso diseño de los frascos de perfume, las creaciones de Maison Rebatchi están indudablemente adornadas con el sello de excelencia.
Los perfumes se exhiben en ingeniosos frascos diseñados por Pierre y Jules Dinand. Decidieron adornar el frasco con un motivo mashrabiya para resaltar los orígenes del creador y el ADN de la casa de perfumes francesa. Delicados, simbólicos y atemporales pétalos en relieve grabados en todo el frasco reflejan la luz, añaden ritmo y crean una ilusión sin que el ojo pueda seguir un movimiento específico.
