Después de graduarse, Annick Ménardo comenzó su carrera en la perfumería como aprendiz en Créations Aromatiques, donde estudió bajo la guía de Michel Almairac. Refinó su arte, desarrollando un estilo de composición preciso, exigente y ligeramente rebelde, con cada nota cuidadosamente elegida para crear aromas memorables e inesperados.

A partir de 1991, ha trabajado en Firmenich, donde ha creado las fragancias más vendidas para las mejores líneas como Boss para Hugo Boss y Dior Hypnotic Poison. Sus fragancias son conocidas por su firma única y fuerte identidad que las hace memorables. El trabajo de Annick Ménardo es muy valorado en la industria y se considera una figura líder en la perfumería moderna.

El estilo de composición de Annick se describe como preciso, exigente y ligeramente rebelde, con cada nota elegida juiciosamente para lograr aromas memorables e inesperados.

A lo largo de su carrera, Annick Ménardo ha encontrado inspiración en el mundo que la rodea, incluyendo la naturaleza y las emociones. Su enfoque en la perfumería se basa en la precisión y la difusión, buscando crear una firma única para cada fragancia que resuene con sus usuarios. Sus fragancias se caracterizan por notas frescas, jugosas y florales, lo que las hace perfectas para la temporada de verano.

El legado de Annick Ménardo en la perfumería se caracteriza por su inmenso talento y su contribución al desarrollo de la perfumería moderna. Su trabajo es un testimonio de su pasión, creatividad y compromiso con la perfección, lo que la convierte en una de las perfumistas más respetadas del mundo. Hoy en día, Annick Ménardo continúa creando e innovando en su papel de maestra perfumista en Symrise.

Annick Ménardo ha trabajado con las mayores casas creativas: Lacoste, Boucheron, Diesel, Guerlain, Hugo Boss, Yves Saint-Laurent y Christian Dior. También creó la primera fragancia de Lolita Lempicka así como su homólogo masculino.