Cuando era niña, Calice Becker le preguntó a su madre cómo se metían las flores dentro de una botella de perfume. El líquido del interior era transparente, pero olía fuertemente a azahar. Una vez que empezó a estudiar perfumería, descubrió la respuesta a este misterio y hoy ella misma llena frascos de cristal con flores. Y no sólo flores.

Dotada desde temprana edad de un agudo sentido del olfato y del buen gusto que lo acompaña, ingresó en la escuela de perfumería más importante de Grasse, la Roure-Bertrand-Dupont (actualmente Escuela de Perfumería Givaudin). Al ingresar a Quest International después de graduarse, Becker se encontró bajo la tutela de la famosa Francoise Caron, quien animó a Becker a ser pionera de una nueva generación de narices y creadoras femeninas.

Actualmente, Calice Becke es Perfumista Senior y directora de la Escuela de Perfumería, Givaudan París.

Sus perfumes, inspirados en todo tipo de experimentaciones, tejen tapices enteros de imágenes y sensaciones. A menudo recurre al arte para encontrar inspiración, ya sea la forma en que Rembrandt usa los colores o la yuxtaposición de luces y sombras de los maestros del Renacimiento italiano o Banksy, que usa su arte para transmitir mensajes convincentes. Su enfoque sigue siendo realista y centrado en el placer, con un elemento de sorpresa.

Entre sus creaciones más destacadas están J’adore de Dior e Intoxicated By Killian.