FRESIA
La fresia, científicamente conocida como Freesia refracta es un género de plantas bulbosas de la familia Iridaceae, originaria de Sudáfrica. La vibrante fresia se distingue no sólo por su embriagador aroma, sino también por la colorida versatilidad de sus pétalos, crece en extensos tonos de blanco, amarillo, rosa y, ocasionalmente, también violeta.
La fresia fue documentada por primera vez por el botánico danés Christian Ecklon en el siglo XIX el cual nombró a esta fragante planta perenne en honor a su amigo, Friedrich Freese, quien jugó un papel importante en la exploración y clasificación de las plantas en el siglo XIX.
Debido a la dificultad de captar la fragancia de la flor de forma natural, la nota de fresia se reproduce sintéticamente utilizando otras materias primas.
Para recrear el embriagador olor de la fresia, los perfumistas suelen incorporar notas florales como jazmín, rosa y lirio de los valles. Estos acordes florales añaden un toque de elegancia y frescura a la fragancia.
Además, se pueden utilizar acordes frutales como la bergamota o los cítricos para realzar el carácter vibrante y fresco de la fresia. Finalmente, se pueden incluir sutiles acordes verdes o acuáticos para recrear la calidad etérea y húmeda de los pétalos de fresia.
La fresia es una nota floral decididamente dulce con notas embriagadoras de jazmín y azahar. Sus acentos suaves, casi afrutados, recuerdan a los cítricos, y algunos notan sus facetas frescas y hormigueantes en la nariz.
En algunas composiciones, los acordes de fresia se pueden combinar con notas frutales para realzar su dulzura y crear un aroma más juguetón y jugoso. Frutas como la pera, el melocotón o la frambuesa pueden complementar el aspecto floral de la fresia, añadiendo un toque de suculencia y mejorando la experiencia olfativa general.
Lejos de ser abrumadora, la nota sintética de la fresia combina bien con fragancias florales, añadiendo una cualidad verde y aireada a los acordes.
Para crear una fragancia completa y duradera, los acordes de fresia suelen estar respaldados por notas de fondo como almizcle, ámbar o maderas. Estas notas de fondo brindan estabilidad y longevidad a la composición, anclando el delicado acorde de fresia y asegurando su presencia durante todo el desarrollo de la fragancia.