LICHI
Originaria de la provincia de Guangdong, en el sur de China, la fruta del lichi crece en un árbol exótico de la familia de las sapindáceas, tiene una pulpa blanca translúcida de sabor ligeramente ácido, que está envuelta por una cáscara rojiza.
En perfumería, la creación de moléculas de lichi es un proceso complejo que llevan a cabo perfumistas y químicos. Para crear moléculas de lichi, los perfumistas se inspiran en los componentes aromáticos naturales de la fruta, como ésteres, aldehídos, cetonas y terpenos.
Como la mayoría de las otras frutas, el lichi se utiliza a menudo como nota alta en perfumes. Sus queridos aromas no son tenaces y sirven para embellecer la salida de las más bellas fragancias.
El lichi combina bien con otros ingredientes, incluidos cítricos, frutas tropicales y delicadas notas florales y amaderadas. Se utiliza a menudo en fragancias ligeras y refrescantes de verano, pero también puede añadir un toque exótico y encantador a composiciones más sofisticadas, como el almizcle.
Debido a su carácter afrutado, el lichi se utiliza a menudo en los perfumes femeninos, en armonía con otros ingredientes famosos de la perfumería femenina como la rosa, el jazmín o la vainilla.
La presencia de lichi en una fragancia puede evocar imágenes de vacaciones tropicales, fruta fresca bañada por el sol o momentos de relajación y evasión. En general, el lichi en perfumería ofrece una experiencia sensorial alegre y soleada.