Esta materia prima se extrae de un árbol llamado Aquilaria. Cuando este árbol se infecta con el hongo Phialophora parasítica, produce una resina perfumada y de color oscuro para defenderse, esto es lo que se conoce como oud, tanto la resina como el aceite esencial que se extrae de ella.

El aroma del oud no es fácil de describir, huele a madera y a dulce. Sus notas son únicas, con vocación unisex y no están pensadas para discretos: se le atribuyen un acorde animal, muy sensual y notas ahumadas, amaderadas, elegantes, cálidas y dulces a la vez, misteriosas, con notas de resina y de humo.

El Oud aporta a los perfumes una categoría sombría, potente y de misterio. Es una nota sensual, que embriaga automáticamente al olfato, llena de exclusividad, lujo y elegancia que aporta un largo periodo de fijación sobre el cuerpo.