La nuez moscada deriva de la mirística​ o árbol de la nuez moscada, un género de árboles perennifolios de la familia de las Myristicaceae. 

La nuez moscada es originaria de las Islas Banda en Indonesia, también conocidas como Islas de las Especias. Estas islas fueron las únicas fuentes de nuez moscada hasta el siglo XIX. Hoy en día, aunque Indonesia sigue siendo un importante productor de nuez moscada, otros países como las Islas Granadinas, Sri Lanka y la India también han comenzado a cultivarla.

La transformación de la nuez moscada en ingrediente de perfumería es un proceso laborioso. Después de la cosecha, las nueces se secan al sol durante varias semanas hasta que se puede romper la cáscara dura y revelar la nuez moscada en su interior. 

En perfumería, el aceite esencial de nuez moscada se extrae mediante destilación al vapor de nueces trituradas. Este aceite contiene multitud de compuestos aromáticos, el más importante de los cuales es el sabineno, que le da al aceite su olor especiado y amaderado.

La nuez moscada pertenece a la familia olfativa de las especias. A menudo se utiliza como nota media en perfumes por su aroma distintivo, que añade calidez y profundidad a la composición. 

La nuez moscada combina perfectamente con facetas florales, amaderadas y avainilladas, y también complementa otras especias.

El aceite esencial de nuez moscada tiene un perfil olfativo complejo. Su aroma es cálido, especiado, ligeramente amaderado y dulce, con un toque amargo. También se pueden detectar sutiles notas de almizcle y tabaco. Es una opción popular para fragancias ambarinas, amaderadas y golosas.

Debido a su complejidad olfativa, la nuez moscada combina bien con muchas otras notas. A menudo se combina con otras especias como canela, clavo y pimienta negra para crear un cálido acorde especiado. También combina bien con notas amaderadas como sándalo, cedro y vetiver. 

En las fragancias dulces, la nuez moscada se puede combinar con notas de vainilla, caramelo o chocolate para conseguir un efecto dulce y envolvente. Finalmente, en las fragancias de ámbar, a menudo se combina con notas de resina e incienso para reforzar su carácter místico y exótico.