Nacido el 10 de mayo de 1978, Romano Ricci proviene de una familia con profundas raíces en el mundo de la moda y la perfumería. Como bisnieto del diseñador Nina Ricci y nieto de Robert Ricci, el creador del famoso L'air du temps, Romano nació en una dinastía de moda ya establecida. Sin embargo, estaba decidido a labrar su propio camino en el mundo del lujo.

Romano se convirtió en aprendiz en el mundo de la perfumería, estudió durante cuatro años y aprendió de las mejores narices, hasta que finalmente convenció a Francis Kurkdjian, un maestro en perfumería, para que le permitiera trabajar con él.

En 2007, Ricci fundó la marca de fragancias que hace homenaje a la mujer, "Juliette Has a Gun," que combina romanticismo, modernidad y humor en su enfoque de la creación de perfumes. Cada fragancia es una lección de seducción, ofreciendo una nueva perspectiva de la perfumería tradicional. 

El nombre de la marca está inspirado en la inocente Julieta de Shakespeare, trasladada al siglo XXI y armada con una pistola metafórica, simbolizando la liberación de la mujer y, a veces, un toque de venganza.

El enfoque poco convencional de Romano Ricci en la creación de perfumes le ha valido una reputación como pionero en la industria. Nombres irónicamente humorísticos como Another Oud, Mad Madame, Not a Perfume y Anyway, junto con intrigantes combinaciones de notas, son el sello distintivo de Juliette Has a Gun, una casa que no presta atención a la forma tradicional de hacer las cosas porque sí, creando algunos perfumes realmente fantásticos.

Además de "Juliette Has a Gun," Romano Ricci también es cofundador de Nose, que comparte su visión de fragancias creativas, inteligentes y decididamente femeninas. Para Ricci, el perfume es una herramienta esencial de seducción, definiendo el estilo y la personalidad tanto como la moda o el maquillaje.

Director artístico comprometido, Romano está convencido de que el perfume no ha dicho su última palabra. Que debe seguir siendo un arte, incluso un oficio. Y con cada fragancia de esta colección, la nariz cruje una visión de la conquista de la feminidad, independiente e inquebrantable.