TERO significa "Tierra" en Esperanto.

Incluso con miles de millones de planetas, encontrar una copia idéntica de la Tierra parece poco probable (al menos hasta hoy). Tal planeta tendría que haber pasado por los mismos pasos en su evolución para llegar a un estado similar a nuestro “ahora”.

Entonces todos vivimos en el mismo “lugar”: nuestro planeta Tierra, y estamos hechos de la tierra de una manera compleja pero simple. En muchos sentidos, somos muy similares a la Tierra. Pasamos por ciclos como seres humanos al igual que la tierra pasa por ciclos, solo que en diferentes escalas. La Tierra crece y muere, cambia y se desplaza, se calienta y se enfría, la Tierra produce vida y se alimenta de las cosas que crea.

La Tierra nos pide que la cuidemos para que al hacerlo cuidar de nosotros mismos y de nuestras futuras generaciones, plantas, animales, aire y agua. Nos pide que seamos conscientes de que somos más parte de la Tierra que cualquier otra cosa y que la Tierra y su naturaleza son parte de todo.

La Tierra nos pide contentarnos con lo que es, contentarnos con nosotros mismos y saber que todo cambiará y crecerá al ritmo y forma que necesita. Para no llevarla más allá de sus límites, para no convertir la naturaleza en algo que ya ni siquiera podemos llamar natural. La Tierra nos pide como humanos que la mantengamos limpia y sana, que nos mantengamos limpios y sanos.

En consecuencia, este perfume está dedicado al mundo en el que todos vivimos e invitamos a las personas a sentir los aromas terrosos que prevalecen en el aroma.

Notas de salida: Caramelo salado, pimienta negra, absoluto de pimienta de Sichuan.

Notas de corazón: Pachulí, corteza de canela.

Notas de base: Aceite de vetiver de Haití, ámbar, madera de roble.

Carlos Benaim