Un absoluto de vainilla dulce y decadente se funde en una voluptuosa corriente de haba tonka iluminada por destellos de franquincienso cristalino. Una imagen del esplendor de Barka, la legendaria Ciudad de las Especias cerca del mar.

Presentación: Attar, 12 ml. Aceite puro. No contiene alcohol ni aditivos artificiales.

Perfumista: Dominique Ropión

Nota de salida: Vainilla 

Nota de corazón: Haba Tonka 

Nota de fondo: Franquincienso

Acerca de la vainilla

Vainilla Planifolia; Vainilla Pompón

Sagrada para la tribu totonaca, la vainilla era un símbolo del amor que vence a la muerte y se usaba para dar sabor al xocóatl, la bebida estimulante de los aztecas. Los conquistadores la llevaron a Europa y le dieron su nombre actual. En Inglaterra, a Isabel I le gustaba tanto que incluso mandó espolvorearla en la mayoría de sus platos.

Principalmente utilizada para dar sabor al chocolate caliente, la vainilla provocó una controversia entre católicos y protestantes: considerado afrodisíaco, los protestantes abandonaron el chocolate caliente en favor del café.

A mediados del siglo XIX, Edmond Albius, un esclavo de Reunion, inventó la polinización manual de la vainilla y su perfume invadió Europa y sus confiterías.

En 1874 se aisló la vainillina, su principal compuesto aromático. Hoy en día, la vainilla solo existe en formas absolutas. El Bourbon tiene aromas de ciruela pasa demasiado madura y toques florales-animálicos, mientras que el Madagascar tiene una faceta decididamente gourmand de frutos secos, especias y caramelo.

Perfumista: Dominique Ropion

Hecho en: Omán